domingo, 11 de octubre de 2015
Siempre hay una luz al final del tunel.
A lo largo de nuestra vida nos levantamos y nos volvemos a caer una y otra vez, hasta aprender a caminar correctamente.
Por suerte, solemos encontrar alguna persona que con una simple mirada te devuelve la esperanza, que te enseña a confiar en ti mismo, a tener seguridad... a no volver a tener miedo de andar por ese tunel oscuro, a encontrar esa luz calida que nos arropa en los peores momentos y permanece tenue a nuestro costado hasta que volvamos a necesitar que nos guie.
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